En este viaje los cinco sentidos asociados cada uno a un órgano (vista, oído, olfato, tacto y gusto), nos conectan a la vida en nos permiten percibir el mundo que nos rodea. Trataremos de lo que puede parecerse a un sexto sentido: la propiocepción, que permite precisar al cerebro la posición del cuerpo en el espacio a través de un «módulo» que debe franquearse en este jardín y/o la kinestesia, sentido del movimiento, forma de sensibilidad que, independientemente de la vista y el tacto, informa de una manera específica sobre la posición y los movimientos de las diferentes partes del cuerpo.
Este jardín ajardinado de 100 metros cuadrados fue diseñado por Emilie Graham, paisajista de la Escuela Superior del Paisaje de Burdeos, que realizó en 2014.
Este jardín combina armonía y búsqueda de sentidos. El florecimiento se extiende de abril a septiembre con una hermosa pared de rosas rojas. Las flores rojas, las hortensias y las anémonas envuelven el jardín con colores cálidos desde la primavera hasta finales del verano. El suelo mineral constituido por olas de losas del Lot y de guijarros del Célé está rodeado por voliges metálicos de formas redondeadas para romper la rectitud de este cuadrado largo.
Siendo ciego, para poder detectar mis movimientos, coloqué verticalmente barras de esquisto en diferentes posiciones. Estas mesetas están dispuestas geográficamente y se responden entre sí.
También hay una fuente de metal con luna y sol.
También descubrirá el cruce de ríos subterráneos. Por otra parte el jardín está presidido por una estrella de cinco puntas signo de los pitagóricos y constructores de catedrales. También verá el Ojo de Horus destacado por Champollion en esta noble cita. Por último, trataremos de sublimar los sentidos en su descubrimiento.
Le daremos la bienvenida por el callejón junto a la terraza.