La casa rural siempre ha mantenido una estrecha relación con su entorno. Según el paisaje en el que se inscribe, el clima, los materiales locales, el tipo de agricultura practicada, las tradiciones y la cultura local, el hombre ha sabido dar forma a una casa con volumetrías generalmente simples, correspondientes ante todo a necesidades funcionales. Sin embargo, a menudo ha prestado una atención especial a estas construcciones, reflejando una preocupación constante por la investigación estética, el equilibrio de las formas, los volúmenes, las proporciones y el tratamiento de los detalles en finura.