De lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande Tres puntos de referencia: lo pequeño, lo grande y lo infinito. Dos limitaciones: el color y la abstracción.
Esta es la apuesta que el pintor Philippe Naud aceptó jugar con sus pinceles: pasar por un punto de equilibrio, tender el hilo para que el imaginario en buen funámbulo se ejecute. El imaginario, verdadero héroe, tan discreto como el silencio, guardián de las puertas de nuestro cuerpo, visionario del espíritu, sigue las líneas y las curvas, deja libres los colores. La abstracción traduce un pensamiento en movimiento, revela la imaginación del Chromo-Sapiens que lo guía. Exposición visible en las rejas del Jardín del Museo, Place de la Monnaie.