La ciudad de San Mauro fue transformada por Augusto Marino en una ciudad-jardín, una herencia cuidadosamente cultivada desde entonces por la mayoría de sus sucesores. La ciudad recibió el año pasado el sello 2 patas en recompensa por sus acciones hacia los animales: pajarera, parque para perros, hotel de insectos, casa de los gatos, soltar de lombrices... ¡San Mauro es una ciudad que ama lo vivo! Pero lo vegetal no se olvida. Además de preservar los 18.000 árboles de alineación de la ciudad y la trama verde inscrita en el PLU de la ciudad, San Mauro se ha comprometido desde hace varios años en grandes campañas de replantación asociando a los niños de las escuelas como a orillas de Marne el año pasado. También han aparecido árboles frutales en las plazas. ¡Todo esto le será narrado en la Casa de la Naturaleza y también aprenderá a jugar con las cuatro estaciones para comer bien cuando es necesario y como debe ser!