Visita guiada al Museo de la Antigua Espartería
Museo de la Antigua Esparta
Este lugar le propone descubrir un antiguo oficio a través de herramientas conservadas y de varias fabricaciones, también aporta una iluminación histórica sobre el patrimonio (neolítico, antigüedad...).
Museo de la Antigua Esparta
Fundada en 1839, la Sparterie de la Maison Lemaire ha desarrollado una industria cuyos conocimientos técnicos han sido reconocidos mundialmente entre las manufacturas textiles durante 135 años. Instalado en el sitio de la fábrica en 1994, el Museo de la Antigua Esparta propone descubrir este viejo oficio a través de herramientas conservadas y de varias fabricaciones exóticas e incluso inesperadas, obras trenzadas en sisal o en coco. El lugar ofrece también una iluminación histórica del patrimonio de Dammartin-en-Serve (ocupaciones neolíticas, viviendas galorromanas, etc).
Espartería de la Casa Lemaire
La fábrica de espartería, instalada por Nicolas Lemaire en su ciudad natal en 1839, es un sitio industrial franciliano original donde se tejieron las fibras de sisal y de coco desde la revolución industrial del siglo XIX hasta el primer choque petrolero de los años 1970: varias alfombras, hamacas, cuerdas, gimnasios, bolsas de colegial, zapatos, bridas y cabellos, bolsas de carbón, silos de grano...
La actividad desarrollada en el cantón de Houdan permite mantener a más de un centenar de asalariados desde 1865, repartidos entre la recepción de las materias primas procedentes de la India, la preparación de las bobinas y latas, el tejido sobre telar mecanizado (clásico y Jacquard), el tinte, el secado, los acabados, el envío de los productos a la tienda parisina de la Maison Lemaire o sus diversos clientes.
El know-how técnico y la calidad de los productos consolida rápidamente la fama mundial de la empresa que recoge grandes premios y medallas de oro de las exposiciones internacionales y universales (Niza en 1874, Amberes en 1885, San Francisco en 1894, París en 1900, Hanoi en 1902, etc).
La llegada de los plásticos y la competencia internacional llevaron a la Maison Lemaire a cerrar definitivamente en 1974, por falta de rentabilidad suficiente y de un patrimonio industrial obsoleto.