En el camino de Luis XIV para llegar a Versalles, la isla de Sèvres servirá de apoyo al primer puente de Sèvres, antes de ser comprada por el químico Armand Seguin para instalar su curtiduría. A continuación, albergará restaurantes y segundas residencias, un tiro con palomas, huertos obreros, y luego la fábrica Renault que lo ocupará por completo. Desde el cierre de la fábrica en 1992, se han ideado numerosos proyectos para su reconversión; después del Sena Musical en 2017, es hoy el Polo artístico y cultural que sale de tierra en la punta superior. A través de un juego memorable que presenta el pasado, el presente (incluyendo las grandes etapas de la obra) y el futuro de la isla, este sitio excepcional ya no tendrá secretos para usted. Taller en forma de juego colectivo o en grupos.