De grandes dimensiones para el pequeño pueblo de unos pocos cientos de habitantes que eran los Noës en el siglo XVI, la iglesia era un lugar de peregrinación ricamente dotado. Entre estos tesoros se encuentra un retablo de madera tallada, realizado en los años 1550, de colores excepcionalmente conservados.
Habiendo sufrido los asaltos del tiempo, ha necesitado una restauración larga y minuciosa, adaptada a las tres esencias que lo componen: el tilo, el roble y el álamo. Presentado en la exposición «Le Beau XVIe» en Troyes, desde entonces ha vuelto a su lugar, bajo la bóveda, donde subsisten restos de pinturas originales, enmarcado por carpinterías y sillerías monásticas renovadas, y coronado por vidrieras.
El altar restaurado completa este tríptico, que representa la cruz, la crucifixión y la resurrección. La inauguración del retablo restaurado dio lugar, a principios de 2011, a una ceremonia presidida por el canónigo Bertrand Roy, delegado episcopal para la aglomeración troyana, en pr

Monument historique y Édifice religieux