Exposición Philippe Charpentier, La vida en colores (pintura)
Philippe Charpentier es un pintor, grabador y litógrafo nacido en París el 3 de marzo de 1949. Vive y trabaja en Savigny-en-Sancerre. Inicialmente músico (batería) en grupos de jazz durante una decena de años (1970-1980), se dedicó en un segundo tiempo enteramente a la pintura, estudiando la pintura y el grabado (incluida la técnica del carborundum) en el taller de Henri Goetz. Después de una licenciatura en gestión en la Universidad de París-Dauphine en 1969-1971, Philippe Charpentier está en la década de 1970 baterista en orquestas de jazz. Alin Avila restituye la huella duradera en su expresión pictórica de su frecuentación en 1976 de la academia de Henri Goetz que lo llevará a abandonar la música en 1979 para dedicarse enteramente a la pintura: En el taller de Henri Goetz, se deshace de sus adolescentes maneras: figurativas, oscuras. Descubre los colores - tonos y matices - y, para sus primeras obras, será necesario evocar la influencia del oficio del grabado, mientras que frota sus soportes como el grabador lo hace para pulir sus placas o bricolaje de las herramientas para que respondan a sus necesidades expresivas». Su selección para el Premio Féneon, en la Galería Katia Granoff en 1981, su primera exposición personal y su primera participación en el Salón de la Joven Pintura en el mismo año son seguidos por cerca de 170 exposiciones personales y más de 450 exposiciones colectivas en Francia y en el mundo.
Si tuviéramos que hacer un inventario preciso, diría que hay color, muchos colores, gotas, manchas, marcas, desgarros, collages, abombados, cosas localizables y otras inciertas. Estoy hablando de un cuadro de Philippe Charpentier, de cualquier cuadro de Philippe Charpentier. A primera vista, parece un poco confuso, un poco caótico, un poco desordenado, pero se tiene la sensación de que no se puede añadir ni retirar nada . /... Pienso en los textos que escribía Vassily Kandinsky sobre la sonoridad de los colores, sobre su musicalidad. Carpintero fue antaño músico de jazz: tocaba la batería; su pintura conserva este ritmo sin cesar roto, luego pegado, desfasado pero siempre justo. También mantiene bajo control la violencia, el ánimo, el dinamismo. » Olivier Céna