El primer trazado del sistema defensivo fue iniciado en 1637 por Gaspard de Champagne, conde de la Suze y señor de Belfort. El recinto pentagonal fortificado es, por su parte, enteramente realizado por el mariscal Vauban, a petición de Luis XIV. Consciente del reto estratégico de la posición de la ciudad, la convierte en una verdadera plaza de guerra y duplica su superficie: la parte occidental (de la plaza de Armas a la Prefectura) se organiza sobre un trazado regular, a diferencia de la parte oriental (de la plaza de Armas a la escuela Jules Heidet) que permanece en un plano medieval menos regular.