Los sopladores de vidrio Chloé Grevaz y François Dubois se conocieron durante sus estudios. Después de trabajar algunos años en las Cristalerías reales de Saint-Louis, la pareja se liberó para desarrollar un horno itinerante. Su deseo insaciable es sobre todo descubrir cada vez más la técnica y el gesto vidriero, eligieron hacer de la demostración del soplado de vidrio una verdadera prestación pedagógica.
Se mueven así, adaptándose continuamente a los nuevos lugares y públicos. Sus actuaciones, además de ser auténticos espectáculos, transmiten un discurso accesible a todos.