Exigidos por la casa de Saboya de la que dependía la ciudad, fueron financiados por los burgueses de Châtillon y construidos por la comunidad a partir de 1273. Las murallas fueron la primera preocupación de la nueva ciudad de Châtillon. El recinto medía unos 1000 metros. Estaba construida en ladrillo y rodeada de zanjas que se llenaban de agua gracias a la Chalaronne y al Relevant en caso de peligro. Había tres puertas fortificadas (de Bourg, de Villars, de Lyon), estas fortificaciones fueron una pesada carga para los cristianos, pero proporcionaban una buena protección.
Quedan pocos restos de estas fortificaciones que rodeaban la ciudad de entonces. Subsisten, sin embargo, la torre transformada en Capilla central que separa las salas de los enfermos, hombres y mujeres del Antiguo Hospital, la torre rehabilitada y ocupada actualmente por el Hotel de la Torre y el inicio de los arcos que prolongaban las murallasencima de la Chalaronne. Este recinto estaba atravesado por tres puertas. Solo queda la Puerta de Villars. Puerta fortificada, coronada por una torre, dotada de un puente levadizo que sólo se bajaba en caso de peligro, está construida enteramente en ladrillos. Permite imaginar lo que era la ciudad en la Edad Media.