Después del período romántico que vio, junto al triunfo de la ópera italiana, la emergencia de la gran ópera francesa de tema histórico, los compositores se liberaron del Italianismo. Desde principios de la segunda mitad del siglo XIX, Gounod inaugura un estilo lírico acorde con la prosodia específica de la lengua francesa. Delibes, Thomas y Massenet se unirán a esta tradición. La Ópera de París y la Opéra-comique marcan el tono e imponen un repertorio canónico al que se extraerán de forma duradera las grandes escenas de provincia y del extranjero. En Vichy, el Théâtre du Grand Casino ocupa un lugar destacado tanto por la cantidad de espectáculos propuestos como por sus cualidades. Si bien la programación responde en parte a las expectativas de una sociedad cosmopolita, la ópera francesa, considerada aquí en sus múltiples géneros, ocupa ampliamente el escenario. Al igual que Sansón y Dalila - cuya exposición toma su título del célebre aire de la cortesana - los cánones que son Fausto, Carmen, Manon, Mireille, Lakmé o Werther no dejarán nunca la cartelera hasta mediados de los años sesenta. Este repertorio se completa con obras casi olvidadas hoy en día, como La Giaour de Marc Delmas, creada en Vichy en 1928. Reuniendo importantes colecciones (carteles, programas, partituras, trajes, fotografías, decorados, bustos, etc.), la exposición es una gran retrospectiva de la Ópera francesa producida en el Théâtre du Grand Casino de Vichy durante más de sesenta años y se dedica a presentar almás allá del simple aspecto cronológico, una selección de obras y compositores bajo diferentes temáticas reveladoras de los procesos, inspiraciones y tradiciones de este arte.