Posiblemente del siglo XII, el castillo de la Motte-Glain fue reconstruido progresivamente durante el siglo XV. Magnífica mansión, el castillo forma una casa bretón al norte, y francés al oeste, recordando su propia naturaleza de frontera. Entre el esquisto local y la toba angevina, el castillo se busca entre Bretaña y Anjou, recordando su compleja historia y procedente de prestigiosos patrocinadores.