Situada en el borde de la Chère, la Chapelle es uno de los testigos de la historia del municipio más pequeño de Loire-Atlantique, cuyos orígenes se remontan al siglo IX. Fue reconstruida en el sitio de una fuente dedicada a Santa Apolina, recurso de las personas que sufren de dolor de muelas. En el siglo IX, los monjes benedictinos de la abadía de Saint Sauveur de Redon, huyendo de los normandos, se llevaron las reliquias de San Marcelino y construyeron la capilla de San Marcelino para depositarlas.