Crear su árbol de alegría con collage, pasteles y rotuladores nos invita a centrar nuestra atención en lo que nos hace felices. ¡Dicen que la alegría es contagiosa! El taller comienza con un tiempo de meditación que nos permite enfocar nuestra atención en las vibraciones de alegría, elevar nuestra energía y dejarla irradiar a nuestro alrededor. Luego, basta con transponer esto al papel, escuchando nuestros sentimientos y acogiendo los gestos que emergen. Cuando el árbol de la alegría se coloca en un lugar donde se puede poner nuestra mirada sobre él cada día, permite crear anclajes positivos en la vida cotidiana. Es una gran herramienta de regeneración personal que nos permite conocernos mejor y, por lo tanto, cuidarnos mejor.