Descubra reproducciones de los dibujos que Goya realizó en Burdeos sobre diversos temas, desde su exilio voluntario hasta su muerte.

En 1824, con el retorno del absolutismo a España, el pintor Francisco de Goya deja su país y se instala en Burdeos a los 78 años, para un exilio voluntario que durará cuatro años hasta su muerte en Burdeos el 16 de abril de 1828. Durante sus cuatro años en Burdeos, Goya continuó trabajando sin descanso, y aprendió una nueva técnica de impresión, la litografía. A su llegada, realiza un dibujo de un anciano con una actitud dramática, un hombre barbudo que camina con bastones titulado Je apprends encore. En recuerdo de su estancia en Burdeos, se puede ver, en la fachada del Instituto Cervantes de Burdeos, donde vivió los últimos días de su vida, un medallón con la cara de Goya realizada por el escultor Mariano Benlliure. En el patio del primer piso se encuentra la placa donada por el pintor Ignacio Zuloaga, recordando que Goya nació en Fuendetodos y murió en Burdeos. La exposición comienza en el patio del primer piso con una primera parte compuesta de reproducciones y documentos de Los Nuevos Caprichos que realizó en esta ciudad, y continúa en el segundo piso. En el tercer piso en la Sala Goya, se presentan una serie dedicada a Los toros de Burdeos, una serie de retratos de sus amigos bordeleses, así como documentos relativos a su vida en esta ciudad y una reproducción del famoso cuadro realizado el último año de su vida, La lechera de Burdeos. Estos dibujos de Burdeos revelan un Goya inédito, con una curiosidad incansable, que se adapta a todas las circunstancias, a veces alegre y espontáneo, como nunca lo ha sido, a veces melancólico o incluso desesperado. Nunca Goya se ha entregado tanto como en sus dibujos hechos en Burdeos los últimos cuatro años de su vida. Fallece en la noche del 15 al 16 de abril de 1828, en su apartamento en el 3er piso de este edificio situado en el 57 patios de la Intendencia en Burdeos, hoy sede social del Instituto Cervantes.