Gaston Chaissac es reconocido hoy como un artista mayor del siglo XX. De origen modesto, autodidacta, su obra es rápidamente observada por los creadores de vanguardia del movimiento cubista, que lo animan.
Su corpus de dibujos, parte principal de su obra, es abundante y de gran vivacidad. De salud frágil, Gaston Chaissac permaneció en el sanatorio de Clairvivre, al norte de la Dordoña, entre 1939 y 1942, período de intensa creación, pero también de interrogantes y crisis existencial revelados por su correspondencia, prolífica. La exposición reúne unos cuarenta dibujos originales inéditos de este período, a los que se añaden pinturas en gran formato del artista. El entorno y el contexto artístico son evocados por las obras de creadores con los que Chaissac mantuvo muy pronto relaciones amistosas y epistolares, Otto Freundlich, Albert Gleizes y Jean Dubuffet, y sus referencias, Pablo Picasso y Georges Braque.
Una presentación de obras de arte en bruto, a las que Chaissac se asemeja, insiste en la modernidad y la agudeza de artistas que durante mucho tiempo estuvieron al margen del mundo científico del arte.