Visita libre al jardín del molino Fleuri
Todo comienza con un accidente... El de Edmond Delaporte, habitante de Evreux clavado un tiempo en una silla de ruedas y que, en busca de aire fresco y tranquilidad, adquiere a mediados de los años 1980 este pequeño terreno entonces en barbecho, a orillas del Sena.
Primero desafío, el jardín se convertirá poco a poco en poesía: la de los sueños de Edmundo y de su amor por Margarita que la acompaña día tras día en la realización de este jardín único que acondiciona para ella. La de sus brillantes personajes. También la de su visión de los objetos que recoge y reutiliza para crear sus esculturas coloridas, ingenuas y conmovedoras. ¿Paso eco-ciudadano adelantado a su tiempo?
Es el molino y su sistema de riego del macizo de flores que saldrán los primeros de tierra, como resultado de lo cual este pequeño jardín tomará la denominación de «Moulin Fleuri». Luego vendrá entre las flores y los árboles frutales todo este colorido bestiario de cemento, imaginado y realizado el invierno en un garaje en la ciudad y luego transportado en los días soleados con el pequeño coche de Margarita... ¡Y así se verá pasar por las carreteras de Normandía y luego instalarse a orillas del río los singulares y alegres habitantes que están hoy ante vosotros!