La casa abacial es un espacio de venta de los productos creados por los monjes que se encuentran allí. Recientemente ha sido reabierta al público. Asimismo, se está proyectando una nueva casa de huéspedes y se están realizando importantes obras de acondicionamiento de los espacios exteriores para adecuar el lugar a las normas de accesibilidad. La historia del sitio es bastante notable: En 1034, el caballero Herluin, de 40 años, es impresionado por la gracia. Abandona la corte principesca y se refugia en un lugar desprovisto de todo: el valle del Bec. Allí vive una existencia eremítica. Este exilio atrae a su alrededor vocaciones y el sitio se convierte en un gran sitio espiritual en Europa.
Guerra de los Cien Años, concordato de Bolonia, conflicto entre los hugonotes y los católicos, lugar de renacimientos y declives sucesivos, la abadía fue fuertemente degradada en 1792. En 1809, la iglesia y la sala capitular fueron arrasadas. Los edificios conventuales se transformaron en establos. En 1901, la abadía fue asignada al Ministerio de la Guerra y en 1945 al Ministerio de Educación Nacional encargado de los monumentos históricos. Se crea una asociación para su rescate y desde 1948 los monjes de la comunidad de la congregación benedictina de Mont-Olivet, fundada en el siglo XIV bajo Bernard Tolomei, se instalan en la abadía. Es a partir de 1949 que el Estado asume la realización de los trabajos de cercado y de cubierto y la comunidad los trabajos de restauración interior de los edificios.