Visita guiada a la Ciudad Episcopal de Meaux
En la Edad Media, el barrio episcopal de Meaux se extendía desde el transepto norte de la catedral de San Esteban hasta las murallas de la ciudad. Como su nombre indica, este barrio estaba reservado al obispo, al capítulo de los canónigos de la catedral y a su entorno laico o eclesiástico. La ciudad episcopal presenta todavía la fisonomía que tenía en el siglo XVIII. Sin embargo, diversos elementos arquitectónicos, pertenecientes a diferentes períodos históricos, entran en la constitución de sus edificios. Los elementos más antiguos se remontan a la segunda mitad del siglo XII (salas bajas del palacio episcopal). Hasta la Revolución francesa, la ciudad episcopal de Meaux conservó una función religiosa por excelencia, barrio eclesiástico adyacente a la ciudad laica. Esta función continuó durante el siglo XIX. En 1905, sin embargo, la ley sobre la separación de las Iglesias y del Estado hizo pasar este patrimonio histórico al Estado. En 1911, bajo el impulso del alcalde, Georges Lugol, la Municipalidad adquirió el palacio episcopal y sus dependencias (jardín y murallas), para reorganizarlas y abrirlas al público. Mientras el jardín recuperaba el aspecto que tenía en tiempos de Bossuet, las salas del palacio recobraban, unas su belleza arquitectónica del siglo XII, las otras sus bellas proporciones del XVII o su gracia del XVIII. El museo municipal de Meaux, instalado en el palacio episcopal, abrió sus puertas en 1927. Lleva el nombre de Bossuet en homenaje al recuerdo del gran prelado que lo habitó. Así, desde principios del siglo XX, la ciudad episcopal de Meaux está destinada a una función cultural y patrimonial. Función sin duda diferente del pasado, pero siempre íntimamente ligada a la rica historia de nuestra ciudad y su patrimonio. Los principales elementos arquitectónicos que componen la ciudad episcopal son: el antiguo capítulo, el palacio de los obispos, y finalmente el jardín Bossuet con vistas al norte por el jardín de las murallas.