Este refugio es un testimonio singular de las condiciones de vida de los civiles durante la guerra. Construido para proteger de los bombardeos a los 400 niños de la única escuela de Bourg-la-Reine, el refugio, que sigue un trazado llamado "de cremallera", se ajusta a las recomendaciones de defensa pasiva dictadas desde antes de la guerra por el gobierno francés: un pasillo roto por ángulos rectos para mitigar los efectos de las bombas. Una exposición de apoyo que presenta la historia de la construcción de este refugio y el contexto local antes de la visita libre. Por razones de seguridad, se establecerán grupos de 10 personas.