Visita comentada de la Embajada y de la Residencia Oficial de la Embajadora de México
La Embajada de México, que se encuentra en el distrito 16, cerca de la Plaza de Jena, permite admirar la influencia del art decó, como en el teatro de los Campos Elíseos, en el Palacio de Tokio, en el Consejo Económico, Social y Ambiental, o en el Palacio de Chaillot, para citar sólo los ejemplos más representativos.
Pero la gran particularidad del edificio de la Embajada radica en el hecho de que, a diferencia de estos edificios construidos en la década de 1930, fue construido en 1927, es decir, dos años después del Salón internacional de las artes decorativas e industriales modernas de 1925, que marca entonces el primer apogeo de la arquitectura art deco en Francia.
En ese momento, cinco años después del final de la Revolución Mexicana y una vez asegurada la estabilidad del régimen, el gobierno mexicano consagra todos sus esfuerzos a reanudar sus relaciones diplomáticas, comerciales y culturales con sus principales socios, al tiempo que se pone de relieve el espíritu de modernidad del país. Francia es, por tanto, ineludible.
Así, en 1926, al adquirir el hotel de la duquesa de Luynes, situado en la avenida del Presidente Wilson, el gobierno de México instaló la residencia del jefe de misión y construyó la Embajada sobre el espacio antiguamente reservado al jardín, con vistas a la calle de Longchamp. Seducido por el estilo art decó, su rigor clásico y sus juegos de simetría, el entonces embajador mexicano en París, Alberto Pani, pide al arquitecto francés André Durand que aplique los principios a la construcción de la Embajada.
Este es uno de los pocos ejemplos de edificios diplomáticos diseñados y construidos originalmente para tal destino. Una fachada de ladrillo con un águila mexicana dibujada en piedras de colores estilo art déco; un vestíbulo con decoración cubista y geométrica; un segundo vestíbulo de un blanco inmaculado; una cúpula de tambor; luminarias estilizadas en formas estructuradas; adoquines de vidrio redondos y cuadrados.
La Residencia de la Embajadora ha conservado su estilo de mansión del siglo XIX, con adaptaciones art deco en su mobiliario y decoración. Para lograr esta adaptación del hotel de Luynes a esta voluntad de cambio y modernidad, el pintor mexicano Ángel Zárraga (imágenes) fue encargado de representar alegóricamente la historia de México, su amistad con Francia y su sueño de fraternidad universal.
Visita comentada, gratuita, EN RESERVA INDISPENSABLE (grupos reducidos). Solo el sábado 17 de septiembre, entre las 11:00 y las 17:00. Las visitas serán de 11:00 a 12:00, de 12:00 a 13:00, de 15:00 a 16:00 y de 16:00 a 17:00.
Reservas: visiteambassademexique@gmail.com
El recorrido incluye la Residencia de la Embajadora y la Embajada.
Duración: 40 minutos. Acceso último recorrido: 15:45.