Entre pequeños trabajos, estudios complicados y decepción sentimental, Hyewon ya no encuentra su lugar en el frenesí de Seúl. Por un capricho, decide parar el tiempo y volver a vivir en el pueblo de su infancia. Sola en la casa familiar, redescubre los placeres simples que le ofrece la naturaleza, los amigos y se vuelve con pasión hacia la cocina tradicional. La verdadera película de Feel Good, Little Forest, nos propone hacer una pausa en la carrera desenfrenada de la vida urbana surcoreana. Una oda a la vuelta a la simplicidad, que atrajo a más de un 1,5 millón de espectadores coreanos en un país donde el 82% de la población es urbana.