Este cuadro da lugar a una actuación durante la cual se restaura en público. El meticuloso trabajo de la restauradora pone en contacto la atmósfera evocada en esta pintura (las jornadas del levantamiento popular parisino contra Carlos X en julio de 1830) con el efervescente clima actual.
Esta autopsia del cuadro, que se concentra, entre otras cosas, en la nube, expone los poros de su piel a la presencia de los espectadores - a su respiración y a su sudor - así como al clima político y social y a la contaminación. Este gesto permite depositar algo de nuestra contemporaneidad en el cuadro mientras los sedimentos de la Historia nos miran de nuevo. El rendimiento nos somete a una especie de contaminación que funciona en ambas direcciones. Nos proyecta en la ilusión de que un pueblo se reduciría a una sola imagen, mientras que el sensor político y el archivo medioambiental que es el cuadro nos perciben registrando su propia presencia en el mundo.
Con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio, el Jeu de Paume estará disponible a las tarifas habituales.