La Casa de la Moneda de París dio carta blanca al artista diseñador Bina Baitel para imaginar una fuente de votos inflable en eco de la exposición «Monedas & Maravillas».
Esta «Fuente hinchable de votos» convoca un ritual occidental todavía muy arraigado en nuestras sociedades, que consiste en tirar una moneda en una fuente de agua para atraer la suerte y la fortuna. Inspirada en los principios constructivos de las fuentes urbanas y los objetos inflables, la obra se inscribe en una reflexión sobre la representación de los códigos arquitectónicos e industriales en el imaginario colectivo. El lenguaje arquitectónico es tomado de la fuente monumental, elemento común del paisaje urbano desde el Imperio Romano, y de la piscina inflable, objeto familiar de los hogares desde mediados del siglo XX, del avance tecnológico y de la emergencia del plástico. Propone un diálogo con la Casa de la Moneda de París, en primer lugar por su forma, que remite a los códigos arquitectónicos clásicos del edificio, por su color dorado que se hace eco de los tonos del metal, y por su apropiación de los procesos industriales, familiares de la manufactura.