Inaugurado en 2016, el teatro isabelino fue diseñado por el estudio de arquitectura Andrew Todd, ganador del concurso de arquitectos iniciado por el Departamento en 2013.
Con una capacidad de 388 asientos, se inspira en los principios históricos del teatro isabelino, pero se inscribe en su tiempo. Edificio del siglo XXI, diseñado según las exigencias de su época: ecología, seguridad, confort, accesibilidad, etc. El entorno natural y la preocupación por el desarrollo sostenible incitaron al equipo de Andrew Todd a imaginar una estructura de madera. Estos paneles de abeto permiten obtener un rendimiento acústico excepcional. En el interior, la madera es omnipresente. Hay alerce, abeto y roble en bruto encerado.
La jaula de bambú: superpuesta al teatro, unifica la forma exterior del conjunto arquitectónico. El juego de luces y sombras que crea contribuye a la integración del lugar en su entorno natural. El uso de cañas de bambú de 12 metros de altura es una primera vez en Francia.
Luz natural controlada: a diferencia de los teatros isabelinos ingleses, el arquitecto decidió cubrir el lugar. Sin embargo, una vidriera permite beneficiarse de la luz natural, por razones de ahorro de energía. Esta claraboya podrá ocultarse según las necesidades.
El teatro recibió en 2017 el premio a la mejor construcción de madera en el mundo (2017 World Architecture News).