Visita libre de la exposición América, entre impresionismo y realismo (1918 - 1944)
Desde la euforia de la victoria de 1918 hasta las horas oscuras de la Gran Depresión, el período de entreguerras es un período en el que Estados Unidos, en plena expansión, ve su impulso económico detenido. La crisis de 1929 sacudió la sociedad estadounidense y llevó al país a una era de desempleo y pobreza. A esto, entre 1930 y 1940, se añade una sequía sin precedentes, que desencadenará tormentas de polvo y destrucción de los cultivos (el Dust Bowl), hundiendo a la población agrícola de Texas, Oklahoma y Kansas, en la miseria y el éxodo. Estas transformaciones encuentran eco en los artistas de este tiempo. A la pintura clara, alegre, despreocupada de los impresionistas de los años 1920, le sigue pronto un arte más realista que no borra las realidades sociales. Así, Alexandre Hogue dedica a los desastres agrícolas numerosos cuadros donde se descubren animales enterrados bajo el polvo. Arthur Ladow se interesa por los recolectores de naranjas, campesinos expulsados de sus tierras por el Dust Bowl que encuentran empleo en los huertos de California, en condiciones sociales desastrosas. En cuanto a Paul Meltsner, reivindica el estatuto de trabajador manual para el artista, en un afán de acercamiento al mundo obrero afectado por la crisis.