La capilla debe su nombre a un personaje (Jean-Baptiste Beaudelle) que donó su fortuna para financiar la construcción de un hospicio. La capilla fue construida en 1877. En aquella época, y hasta principios del siglo XX, el lugar fue el verdadero puerto fluvial y comercial de la ciudad. Hoy en día, la capilla es un centro de interpretación de la ciudad y permite descubrir el patrimonio Airois con 4 películas temáticas, la reproducción del plano-relieve de 1745, y dos pantallas táctiles que permiten programar las visitas a pie o en bicicleta.