Situado cerca del centro de la ciudad, el faro domina el puerto y ofrece impresionantes vistas al mar, la aglomeración y el interior de Flandes. Es el faro más septentrional de Francia, culmina en total a más de 66 metros sobre el mar. Para llegar a la cima hay que subir 276 escalones. Su linterna, equipada con una lente de Fresnel, tiene un alcance de poco más de 50 km.
El faro de Dunkerque se erigió en 1842 sobre las ruinas del fuerte Risban, que formaba parte de las fortificaciones realizadas por Vauban a finales del siglo XVII. Gravemente dañado durante la Segunda Guerra Mundial, el faro se benefició de importantes trabajos de reparación en 1946. Fue automatizado en 1985. Fue objeto de una primera restauración en 1992 y fue declarado Monumento Histórico en noviembre de 2010.
En 2012 se realizaron trabajos para mejorar las condiciones de visita y ofrecer al público un espacio de acogida y sensibilización sobre el tema de la señalización marítima. Estos trabajos realizados por el museo se realizaron con el apoyo de la Unión Europea en el marco del proyecto HMS (programa INTERREG IV A de los 2 mares) y la Región Norte-Paso de Calais.
UNA EXPOSICIÓN DEDICADA A LOS FAROS Y BALIZAS
A partir de la historia del faro de Dunkerque, se aborda la temática de la señalización marítima, del balizaje y de los hombres que se ocupan de ello.
Los aspectos técnicos y los avances tecnológicos son parte integrante del discurso.
El discurso se refiere también al futuro de estos establecimientos marítimos desde una perspectiva contemporánea, dejando una gran parte al imaginario de los faros.
La Subdivisión de Faros y Balizas de Dunkerque ha colaborado en el acondicionamiento de estos espacios de exposición que proponen el depósito de numerosos objetos de colección.