Musée des Beaux-Arts
20, Quai Émile Zola, 35000 Rennes
El museo de las bellas artes de Rennes es, como la mayoría de los museos de Francia, una creación revolucionaria. Constituido en 1794 a partir de las obras cogidas en los edificios religiosos y civiles de la ciudad, el museo de las bellas artes tira(saca) sin embargo la parte más grande de sus riquezas de fabuloso gabinete de curiosidades de Christophe-Paul de Robien (1698-1756), dirigen el Parlamento de Bretaña. Esta colección enciclopédica era una de las más ricas de Europa: pinturas, esculturas, antigüedades egipcias, griegas y sobre todo célticas, objetos de arte que provienen de todos los continentes, así como un conjunto excepcional de dibujos donde bordean Léonard de Vinci, Botticelli, Dürer y Rembrandt. Entre 1801 y 1811, envíos del Estado vienen para completar el fondo inicial y aportan obras de la primera importancia, nacidas de las confiscaciones revolucionarias parisinas y de las conquistas de los ejércitos franceses que el Museo Central del Louvre no podía contener más. Así, grandes obras maestras que ilustran las diferentes escuelas europeas de pintura entran en la colección: Véronèse, Persée que libra Andromède, Rubens, La Caza al tigre o El Pardo con el gigantesco Descendimiento de la capilla de Versalles. En el siglo XIX, las compras realizadas por el Estado a los Salones enriquecen el museo de obras significativas de los periodos oficiales, en particular el cuadro extravagante de Edouard Toudouze, Eros y Aphrodite. La instalación en 1855 del museo en un nuevo edificio que abriega también la Universidad suscita donaciones y legados importantes: El don de Eugène Froment (Amaury-Duval, Retrato de Isaure Chassériau) y el legado de Paul Lucas que dota el museo de una colección de Primitivos italianos. Dañado por la Segunda Guerra mundial, el museo de las bellas artes de Rennes es el objeto de una renovación en 1957, acompañada por una política activa de adquisiciones que introduce la colección en la modernidad: Impressionnistes con Gustave Caillebotte, Los Esquifes y la Escuela de Pont-Aven, Emile Bernard, El Árbol amarillo, Paul Sérusier, Soledad y la Marina azul de Georges Lacombe. Desde hace veinte años, el museo constituyó un conjunto modesto pero representativo de las diversas corrientes artísticas del siglo XX, para las cuales se cuenta unas obras maestras: Frantisek Kupka, Azules movientes, Pablo Picasso, Bañera en Dinard, Yves Tanguy, La Inspiración, etc. La colección de arte contemporáneo se desarrolló según dos ejes principales: los artistas originarios de Bretaña, como los Cartelistas y las diferentes corrientes de la abstracción de Sam Francis a Aurelie Nemours.
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Musée, salle d'exposition y Musée de France
© Jean-Manuel Salingue / MBA Rennes