Al igual que los objetos de consumo, las obras de arte se realizan a menudo en materiales potencialmente contaminantes, susceptibles de degradarse y volverse obsoletas.
¿Qué se hace entonces? ¿Hay diferencias con los problemas de conservación del patrimonio antiguo? ¿Se puede siempre actuar? ¿Tiramos las obras dañadas a la basura?
Y si es así, ¿en qué contenedor? En resumen, ¿es compatible el arte con la ecología?
Todas estas cuestiones serán abordadas durante esta charla accesible a todos, conocedores o no del arte contemporáneo, por Gwénola Furic, conservadora-restauradora del patrimonio, artista y curiosa*
*etimológicamente, que cuida, que recoge y busca objetos raros o preciosos, tanto como desea ver, saber.