Pequeña iglesia de apariencia anodina, San Lorenzo se revela sin embargo rica de sorpresas y misterios. Así, bajo el pequeño toldo hacia la «puerta de los muertos», encontramos una de las últimas mesas de los muertos del Morvan, coronada por su soporte para velas de piedra tallada. Raro ejemplo del arte románico del siglo XI, su única nave conserva todavía una bahía... y media en arco de medio punto! En cuanto a la capilla lateral izquierda construida hacia 1501, alberga un pequeño tesoro de gótico flamígero, con su vidriera clasificada y la omnipresencia de las armas esculpidas del obispo Luis II de Amboise, que se han convertido hoy en el escudo de la comuna. Esta capilla es un símbolo geopolítico, marcando el dominio de un fiel del rey de Francia, y esto, en las tierras del conde de Nevers. No se olvide tampoco de contemplar su coro, completamente restaurado a finales del siglo XIX y cubierto de carpintería con el mejor efecto, bajo la mirada indulgente de San Sena, representado en la vidriera.