Visita guiada del recorrido museográfico PERFUMES DE HISTORIA, DEL CUIDADO AL BIENESTAR.
Si el perfume sigue fascinándonos a pesar de una cierta banalización, debida a la sobreabundancia de los lanzamientos (más de 2000 al año), es porque desempeñó durante mucho tiempo un papel capital en la vida de los seres humanos: era el principal medicamento. Desde la Antigüedad hasta la separación de la perfumería y la farmacia que interviene en Francia en 1810, el papel profiláctico y terapéutico del perfume será constante. De Hipócrates que, en el siglo V antes de Cristo, pedía a los atenienses que quemaran perfumes sobre fogatas aromáticas para ahuyentar la epidemia que se abatía sobre su ciudad, al Doctor Raspail que, en 1843, preconizaba todavía el alcanfor el tratamiento de numerosos males, pasando por la abadesa Hildegarde de Bingen, célebre fitoterapeuta del siglo XII, abundan los ejemplos. Aguas de aromas, vinagres y polvos aromáticos, cassoletas, bálsamos, bolsas odoríferas, manzanas de ámbar, guantes, gorros y abanicos perfumados constituyen todo un arsenal aromático cuya potencia se resume en esta frase de un médico de Luis XIV: «Toda la virtud del medicamento reside en su olor». Hoy, en sintonía con la creciente demanda de productos naturales y de protección del medio ambiente, asistimos a un retorno de los cuidados por las plantas aromáticas. Los perfumistas y aromaterapeutas elaboran aromas orgánicos de bienestar. Las aguas perfumadas, dinamizadoras, relajantes y energizantes son legión, como un vínculo con los perfumes que curan el alma y el cuerpo y una prolongación de la historia pronto milenaria de los Hospitalarios de San Antonio.
Con motivo del fin de semana inaugural de este nuevo recorrido permanente, interactivo y olfativo, el museo de Saint-Antoine-l'Abbaye le invita a retroceder en el tiempo al descubrimiento del papel central que han ejercido los perfumes en la farmacopea desde la antigüedad hasta nuestros días.