La antigua iglesia, situada al otro lado de la calle, se hace vetusta y demasiado pequeña, los habitantes deciden construir una nueva, más amplia: está dotada de tres naves, la del medio está coronada por una cúpula majestuosa.
Pero no se preocupe: ¡no se hace tabla rasa del pasado tan fácilmente! La antigua iglesia se ha conservado. Será reconvertida en escuela, tribunal, luego espacio cultural, siempre abierta a la visita hoy. Su mobiliario también se ha conservado felizmente. Transportados al nuevo lugar de culto, los cuatro retablos barrocos en particular, de madera policromada y dorada a la hoja, tallados en pino cembro, resinosos muy presentes en el valle, le esperan...
Un pueblo, dos iglesias: ¡descubre esta increíble convivencia!