Atelier Calligraphie latin: vector de transmisión del saber iniciado por los monjes copistas de la Edad Media
Atelier Calligraphie
En el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio organizadas en Wimereux por la asociación de Amigos de la Iglesia.
Patrimonio y enseñanza: ¡aprender para la vida!
Venga solo, con la familia, o con amigos, (básicamente, ven como eres), aprender, y divertirse, en un ambiente de patio de recreo, sobre el tema del patrimonio material e inmaterial de la iglesia (local), y de la Iglesia (universal). Ambas son vectores de educación, por la transmisión del saber que han extendido en el seno de la ciudad y más allá, y de los conocimientos técnicos que han engendrado y mantenido desde la Edad Media hasta nuestros días.
Entre los talleres propuestos para ilustrar el know-how transmitido desde generaciones: Atelier Calligraphie, presentado por Richard Roullier.
Apasionado de la caligrafía, Richard Roullier retoma para los JEP 2020 el camino de los talleres que animaba regularmente, interviniendo en las escuelas o en las fiestas medievales. Este San Martinés considera ante todo este arte como un acto contemplativo...
El gesto es seguro y concentrado. Armonioso de mirar, al igual que su resultado final... Sin duda, la caligrafía está bien, etimológicamente, el arte de la escritura hermosa!
Es un arte meditativo, que corresponde bien al estado de ánimo de los monjes copistas. Con la caligrafía, a Richard Roullier le gusta reproducir frases con una gran profundidad metafísica: de filósofos medievales, pero también contemporáneos, o incluso del Tao Te King chino.
Estas palabras elegidas, las dibuja con calames (tallos de bambú o de caña), plumas metálicas, «automatic pen», trozos de cartón o pluma de ganso, su herramienta favorita «porque es la herramienta tradicional de la caligrafía latina... Siento que pongo mis pasos en los de nuestros antepasados»... Antepasados que conocían sin duda los secretos de la caligrafía: sujetar siempre la herramienta con el mismo ángulo sobre la hoja, tener un movimiento de mano flexible y amplio y nunca volver a tomar un trazo. " Hay que aceptar la imperfección e integrarla en lo que estamos haciendo".
La práctica de la caligrafía se basa en gran parte en una historia fecunda de varios milenios. La gran diversidad de escrituras en las que podemos inspirarnos refleja la psicología de los pueblos. Son las huellas dejadas por los hombres en sus peregrinaciones, caminos complejos seguidos a lo largo del tiempo y de los sobresaltos de la historia, grande o pequeña.
En Occidente, es el arte de los monjes copistas, pero también de los grandes calígrafos encargados de contribuir al prestigio de los soberanos y de la aristocracia. En esto, el trabajo de los calígrafos estaba más en la búsqueda de una ejecución perfecta que sirviera a la gloria de sus patrocinadores, que una búsqueda puramente «estética», noción toda contemporánea.
La caligrafía latina evolucionará desde la Roma Antigua, pasando por la Edad Media y la revolución cultural, Gutenberg y la tipografía, el Renacimiento y la escritura de Cancillería, la escritura musical, la civilización del libro, la revolución digital. Se expresa pues bajo diferentes técnicas: la capital romana, la rustica, la onciale, la merovingia, la gótica, la cancillería, la inglesa... y cada una de estas técnicas se declinan según las familias que le son propias...
A la hora de Internet, podríamos pensar que la escritura manual ha caducado. No es así. Expresión del cuerpo y la mente, la caligrafía fascina. A diferencia de los correos electrónicos fríos e impersonales, es la forma de transmitir mucho más que información. La transcripción manual, como un sismógrafo, revela el alma humana.