Los dos intérpretes reinvierten los códigos de la fiesta popular bretona del Fest-Noz para crear este dúo. La música conduce la danza, el diálogo se pone en su lugar haciendo martillar los zapatos encerados, creando un ritmo incansablemente potente. Es viviendo la experiencia del Fest-Noz que Pauline Sonnic y Nolwenn Ferry comienzan a crear este dúo, observando los pasos de baile y sobre todo la relación de las bailarinas entre ellas. La energía expresada se invita en ellas. El ambiente festivo y amistoso de estas veladas infunde a las dos bailarinas el hilo conductor de la obra: primero el encuentro, el aprehensión del otro, la toma de contacto, la transmisión, luego la diversión, el compartir, el trance. Se trata entonces de retranscribir a las dos el impulso jovial y entrañable que producen estos retrocesos, estos intercambios de saberes, esta alegría de estar juntos, pero también la energía salvadora de un patrimonio común.